En El Boyero S.A., empresa integrante del CREA Henderson Daireux (región Oeste), al operador del equipo pulverizador se lo conoce como el responsable de control de malezas. Y no se trata de una cuestión semántica, sino de un cambio de paradigma.
El sistema
“Con la nueva metodología de trabajo, hemos logrado disminuir en una proporción importante el uso de algunos herbicidas, reduciendo costos y el impacto ambiental, además de mejorar notablemente el control de malezas y, por ende, la sostenibilidad del sistema agrícola”, apunta Gastón.
El uso del equipo permitió advertir en reiteradas oportunidades que condiciones iniciales de aplicación que resultaban óptimas podían perderse poco tiempo después de iniciada la operación. “Cuando uno está dentro de la pulverizadora, es muy difícil advertir tales cambios, pero con esta tecnología eso ahora es posible”, señala.
Si la pulverizadora está trabajando en un momento en el que, ante el cambio de condiciones meteorológicas, comienza a descender el nivel de calidad de aplicación hasta caer por debajo del umbral definido, se emiten alarmas automatizadas que son percibidas tanto por el operador como por los administradores o responsables del establecimiento, quienes reciben un mensaje de advertencia en su celular.
“Los niveles de control de malezas logrados son excepcionales y eso se hizo usando menos herbicidas, dado que el propio responsable fue ajustando las dosis progresivamente para comprobar la efectividad de los tratamientos con un menor empleo de productos”, remarca.
Desarrollo del dispositivo
El dispositivo en cuestión fue desarrollado por la empresa santafesina Acronex. Se trata de un programa (Unimap) que permite controlar en tiempo real las principales variables que hacen a la eficiencia de una aplicación de fitosanitarios. En el marco de un acuerdo con la empresa fabricante de pulverizadoras PLA, ambas diseñaron dos aplicaciones en soportes digitales que vienen cargadas en dos tablets que son entregadas a los compradores de los mosquitos.
La primera, que es de uso particular del aplicador, permite ver en tiempo real –en aquellas zonas en las cuales exista un mínimo de señal de telefonía celular, pues el requerimiento de volumen de datos no es elevado– las condiciones climáticas para advertir si las mismas, según criterios prefijados, son las adecuadas para realizar una pulverización. La otra aplicación permite monitorear, también en tiempo real, el recorrido de la pulverizadora para verificar si cumplió con el trabajo indicado en la receta agronómica y se ajustó a los parámetros ambientales de seguridad. Esta última además puede ser descargada en celulares o tablets para que –luego de darle acceso– veedores externos puedan verificar en línea el recorrido del equipo.
La aplicación también está diseñada para generar reportes automatizados (importante para validar la calidad del trabajo realizado ante una autoridad regulatoria). En caso de que la aplicación no se haya realizado de manera correcta, la aplicación permite hacer un seguimiento histórico de la misma para poder evaluar cuáles fueron las variables –temperatura, velocidad del viento, humedad relativa, taponamiento y tipo de gota– que no se ajustaron a los parámetros de seguridad.
“Se trata de una tecnología que nos permite evitar derroches innecesarios, realizar controles efectivos y poder demostrar, con datos objetivos, que somos responsable tanto en términos sociales como ambientales”, afirma Gastón, quien trabaja junto a Delfín Uranga (gerente general de El Boyero).
“Ahora que ya aseguramos la calidad de las aplicaciones, el siguiente paso –que estamos evaluando– es incorporar equipos de pulverizaciones dirigidas (como WeedIt o WeedSeeker) para seguir mejorando la eficiencia del proceso”, concluye.
“Sería importante que se busque la manera de hacer que los equipos de aplicaciones dirigidas se tornen más accesibles a las empresas agrícolas porque actualmente representa una tecnología necesaria para reducir el costo de herbicidas así como el impacto ambiental”, resume.