Metalfor pone el foco en las tecnologías y capacitaciones para aplicaciones eficientes

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Al hablar de fertilización, hay muchas variantes abordables. La tecnología, por ejemplo, tiene que ver con la demanda de los productores y prestadores que apuntan a optimizar tiempos y recursos. Por ello, es necesario personal capacitado y un equipo de trabajo soporte –por parte de las empresas- que pueda asistir y brindar herramientas en pos del crecimiento del usuario.

En relación a esto, Juan Pablo Rodríguez, Ingeniero Agrónomo y Jefe de Ventas de la división fertilización de Metalfor, fue muy claro: “La empresa trabaja fuertemente en la penetración del mercado de fertilizadoras, acompañando la alta demanda en el rubro. Las líneas de híbridos y variedades nuevas impulsan mayores dosis de fertilización y acompañamos ese crecimiento como un eslabón clave de la cadena”.

“Con maíces que en la actualidad poseen altos potenciales de rendimiento que pueden alcanzar hasta los 20.000 kilos por hectárea con óptima disponibilidad de recursos (entre ellos, el fertilizante), se proveen cambios en las estrategias según las zonas y hacen que cada una de ellas tenga sus particularidades. Considero que estamos en la puerta de un nuevo paradigma en materia de fertilización”, aseguró Rodríguez.

Enseguida, el Ingeniero agregó detalles acerca de cómo influyen positivamente la tecnología y la adaptabilidad a cada necesidad: “Con tecnologías como las plataformas digitales, que nos permiten realizar manejos por ambientes y aplicaciones de dosis variable, con cortes automáticos, el usuario puede ajustar la dosis en metros cuadrados acorde a su necesidad. Parámetros como controles de ancho de labor, superposición y coeficiente de variación son los puntos fuertes a la hora de regular y calibrar un equipo. Los productores saben qué dosis aplicar y cómo, pero además de esto, hacemos fuerte hincapié en satisfacer la demanda sobre el conocimiento de la fertilizadora como herramienta para maximizar aún más los beneficios de la fertilización en el cultivo”. 

El trabajo no cesa allí, sino que hay otros aspectos en los que Metalfor busca profundizar para mejorar la producción. “Apuntamos a generar índices que cambien el enfoque de los productores y que éstos no sólo le den importancia a la dosis por hectárea (determinada por un ingeniero agrónomo), sino también a la distribución del fertilizante en el lote”, manifestó Juan Pablo Rodríguez.

Por su parte, Alejandro Nisnievich, Ingeniero Agrónomo especialista en maquinaria agrícola de la misma firma, complementó: “Los equipos de Metalfor en la línea de fertilización permiten la aplicación de una amplia gama de fertilizantes, mezclas físicas y enmiendas, ya sea en dosis fijas o variables”.

Formación profesional

Rodríguez se adentró en un tópico fundamental para el crecimiento del sector: la capacitación. “Los cursos que brindamos abordan el tema de la aplicación del fertilizante. Mostramos cómo varía el margen neto de un prestador de servicio al cambiar el ancho de trabajo, la capacidad de la tolva, la velocidad de trabajo de la máquina y cuántas hectáreas más pueden hacer por día y por hora según un modelo u otro. También, para el caso de un productor con maquinaria propia, contamos con datos comparativos de rendimientos en función de un equipo regulado versus uno que no lo está. Esta información la brindamos a nuestros usuarios”, explicó.

En paralelo, Nisnievich resaltó la importancia de estos servicios ofrecidos: “Es fundamental la capacitación porque influye directamente en el conocimiento no sólo del operario y el productor, sino también en Ingenieros Agrónomos y Médicos veterinarios a los que les interesa la temática”. 

Optimizar tiempos y recursos es clave para el sector. Así lo reflejó Juan Pablo Rodríguez: “Comercializamos dos sistemas de esparcimiento de fertilizantes sólidos. Uno es por doble disco, tipo centrífugo; el otro es de botalón, donde el traslado del material es neumático. A la hora de hablar de productividad de los equipos, también es importante la utilización de las siembras de cultivos de coberturas, práctica que viene creciendo exponencialmente”. Y profundizó: “Cuando se aplica el material esparcido, se habla de ‘volear’. Ese dicho casi despectivo deja en evidencia que, en algún momento, no se le dio el valor suficiente al fertilizante. Para nosotros, es una condición sine qua non que en conjunto con la dosis vaya una ubicación precisa, sin sobredosis ni subdosis”. Las cuestiones ambientales son un aspecto fundamental con el que Metalfor se comprometió. “Nuestras capacitaciones sobre Buenas Prácticas Agrícolas están apuntadas directamente a generar conciencia sobre la temática. Es nuestro deber hacerlo. No sólo la eficiencia hace a una mayor rentabilidad, sino también el cuidado del medio ambiente”, concluyó Rodríguez

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