La llegada de estas lluvias era esperada con ansias por los productores de trigo y maíz, quienes han estado luchando contra las condiciones climáticas adversas que amenazaban con comprometer seriamente sus cultivos. La falta de agua había llevado al 43% de los campos de trigo a clasificarse como regulares o malos, y el 70% de los cultivos se encontraba en el período crítico. A pesar de las lluvias, la situación sigue siendo delicada, y los expertos advierten que se necesita más agua de manera urgente para detener la caída en la producción.
En cuanto al maíz, la falta de lluvia había limitado la capacidad de siembra en muchas áreas, y la ventana de tiempo se reduce rápidamente. Algunos productores están considerando cambiar a la soja si las lluvias no llegan pronto, lo que añade más presión al sector. Además, se ha señalado que la calidad de las semillas de soja también es motivo de preocupación debido a problemas de poder germinativo.
La esperanza de un giro en las condiciones climáticas persiste en la región pampeana mientras los productores continúan luchando contra las adversidades. Aunque las lluvias del martes fueron un alivio momentáneo, la naturaleza sigue jugando un papel crucial en el destino de la temporada de cultivo. La comunidad agrícola se mantiene en vilo, esperando que las predicciones de lluvia para la próxima semana traigan un respiro tan necesario para esta región que se encuentra “en jaque”.