Coninagro publicó el «Semáforo de las Economías Regionales» para que el productor agropecuario pueda hacer un seguimiento de los indicadores que se analizan. El relevamiento comprende 19 economías regionales monitoreadas por el área de Economía de la entidad, con cifras que surgen del análisis realizado durante el mes de octubre.
Del análisis se desprende que hay 1 verde, 4 amarillos y 14 rojos. Se trata así de uno de los meses con mayores rojos en la serie. Los datos indican que los volúmenes de producción y la superficie o stock estimada es menor que la campaña anterior en 16 actividades como efecto del clima.
«Las subas de precios (al productor) por encima de la inflación que se observan en el mes de septiembre, al igual que en los meses anteriores siguen respondiendo a faltantes temporales, más que a causas de paridad internacional», indicaron los autores del informe, Silvina Campos Carlés y Enzo Santilli. Un caso de esto es la papa o los cítricos dulces (naranjas, mandarinas y pomelos).
Las exportaciones, por su parte, se recuperan en mercados puntuales y son menores en valor (precio x cantidad) en 14 de las actividades, respecto de estos 12 meses de la campaña anterior, pese a la devaluación de fines de agosto y el cambio en los derechos de exportación en algunas economías regionales.
La lechería, un caso exponencial
Desde Coninagro observan que la variación de los precios al tambo (promedio SIGLEA – sept $118,36) es menor a la variación de la inflación (+113% vs +138,3%) en términos interanuales. Por ello, este punto está en rojo. A su vez, si se observa la distribución por cuenca y composición, el análisis se complejiza (reflejando mejor la realidad), sin embargo muestra conclusiones similares. En relación a los costos, han crecido a lo largo de 2023 por encima de los precios, pero en forma dispar de acuerdo al modelo de alimentación, el impacto de la sequía, la escala y la zona.
Algunas estrategias de supervivencia de los tambos ante esta situación son la descapitalización y la venta de hacienda, lo que resulta un punto urgente e impostergable para resolver.
La conclusión de los expertos es clara: el negocio del tambo se está achicando.
Por el lado del stock de vacas en ordeñe y número de tambos, el análisis requiere de mayor la actualización de los datos del SENASA. Sin embargo, es interesante analizar la producción, que muestra un volumen similar a nivel nacional (con leve reducción en los últimos dos meses), pese a la clara situación desfavorable mencionada. «Esto agrava la situación, a nivel tambo», reconocieron. Cabe aclarar, además, que la producción mayor no es un signo de expansión de la actividad, sino una respuesta a la crisis por la sequía.
Finalmente, se monitorea el mercado de exportación, las importaciones (ambos dos en valores) y el volumen de consumo interno en litros equivalentes per cápita. Estos últimos muestran un claro estancamiento, no contribuyendo a una mejora en la situación de la actividad.
«Si le preguntamos a un tambero cooperativo, el semáforo no debería estar en rojo, sino más aún, en un bordó oscuro, o una categoría superior. Lamentablemente el índice tiene un límite. Esperamos que este informe contribuya a la comprensión de la foto actual y que los próximos semáforos reflejen una mejor situación de este castigado sector», concluyeron.