La lechería, en la lona: estrategias necesarias para un negocio que está en rojo

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El analista y consultor Teo Zorraquín puso sobre la mesa el panorama complicado que afronta la lechería. “Todas las alarmas están sonando”, reconoció. En agosto el precio de la leche Siglea fue de 111,10 $/litro (1539,08 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento del 4,1% respecto al mes anterior y un 110% respecto a un año atrás. La inflación general y el aumento de costos 6/6 propios de la actividad están generando daños relevantes en las empresas. “Se pierde plata hoy”, afirmó. Y aclaró: “este es un negocio que no puede detenerse, ni especular con el momento de entrega o venta de la leche. Es un tren en marcha qué sólo puede detenerse si la decisión es salir de la actividad.

Mientras todo eso sucede, las vacas deben seguir comiendo, los dos ordeños diarios deben hacerse, los arrendamientos y los insumos deben seguir pagándose, los alimentos hay que ponerlos a disposición en tiempo y forma. “O sea que la estrategia general es aguantar, ajustar algunos costos y financiar el momento a tasas que están muy por encima de lo razonable”, indicó.

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La semana pasada se anunció una eliminación temporal (por 90 días) de los derechos de exportación. Si bien el volumen exportado respecto del total producido no llega al 25%, podría esperarse una mejora del precio al productor.

De todas maneras, Zorraquin advirtió: “siempre las medidas del gobierno tienen un pero; la contracara es que se congelaron precios para el comercio minorista. O sea, se elimina un impuesto al 25% del volumen producido, pero al 75% restante (mercado interno) se le pone un precio máximo. Con este tipo de medidas (más algún subsidio para algunos) se pretende modificar la realidad y mejorar los precios al productor”. Y agregó: “suena a broma de mal gusto”.

Para el analista, con este tipo de medidas se sigue rompiendo la cadena de valor y maximizando la desconfianza entre los actores. “Lo que sostiene la voluntad de productores tamberos es confiar que, como ha sucedido antes, esta crisis se va a revertir y la rentabilidad volverá a aparecer. Los tambos que se han ido cerrando en estos últimos cuatro años reflejan que este equilibrio entre crisis y esperanza se ha roto en varios casos”, admitió.

Estrategias en el corto plazo

La estrategia productiva de corto plazo lleva a secar las vacas de menor productividad, ajustar dietas en función de producción, aprovechar los excedentes de pasto en las zonas que llovió, fomentar la motivación y las buenas prácticas en la gente que está todo el día con los rodeos y otros aspectos de este tipo. No obstante, señaló: “son antídotos necesarios, aunque seguramente insuficientes para la coyuntura”.

La producción de leche a nivel país obviamente no crece, una respuesta racional a los estímulos negativos que se reciben y el mercado de exportación sólo está creciendo con Brasil, pero a nivel general “muestra una caída en volumen del orden del 15% a 20% (es poco alentador), sobre todo en un momento en que el precio en el mercado internacional de leche en polvo empezó a subir y presenta expectativas más favorables”.

 

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