El contratista argentino Ariel Rossi Videla se embarcó en una aventura productiva en un lugar impensado por estos tiempos: Venezuela. Allí, junto con su socio Sebastián García, comenzó un proyecto de inversión hace un año que contempló la compra y producción agrícola de tierras en el sur del Estado Anzoátegui.
La historia arrancó hace dos años cuando Rossi Videla retomó contacto con el ingeniero agrónomo García, un venezolano que vivió en Argentina durante varios años y luego decidió regresar a su país, allá por 2019. “Me comentó sobre la gran oportunidad de rentabilidad que existía allí y me sugirió que me uniera”, cuenta Rossi.
Según contó, Venezuela es un país que necesita producción agrícola para consumo humano directa o indirectamente. “Aunque no brinda financiamiento, te da la posibilidad de importar y producir. No pone trabas como hay acá”, remarcó.
Al regresar a su país natal, su socio comenzó a producir 300 hectáreas en el oeste del Estado de Guárico y a asesorar a otros productores. El año pasado, García visitó Argentina y juntos recorrieron pools de siembra para buscar interesados en comenzar a producir en Venezuela.
“Durante ese recorrido, encontramos un inversor que sembró 3.000 hectáreas el año pasado. Este año planea sembrar 4.000 hectáreas adicionales, y el objetivo para el próximo año es llegar a las 15.000 hectáreas, con un 60% dedicado al cultivo de maíz y el resto para soja”, expresó. Cabe destacar que este año sumaron otro inversor con quien también aspiran a alcanzar las 15.000 hectáreas.
Un dato: los inversores compraron 5.000 hectáreas y el resto de la producción se hace en tierras arrendadas. En Venezuela los precios de la tierra oscilan entre los US$ 500 y los US$ 1.000 la hectárea, dependiendo la región. De acuerdo al relato del contratista, existen dos regímenes de propiedad. Uno de ellos, que utilizan los argentinos, contempla campos del Instituto Nacional de la Tierra que pertenecen al Estado y se dan en concesiones al sector privado. El otro modelo directamente se da con explotaciones “totalmente privadas”.
Producción
Al referirse a la producción, Rossi Videla contó que aspiran a producir 7.000 kilos de maíz por hectárea y aumentar el rendimiento de la soja de 2.500 kilos a más.
Por supuesto que existen limitantes también y en este caso se dan con las herramientas de trabajo como sembradoras, las cosechadoras y los tractores. “Son modelo 2007 a 2010 de chica a medianas y, como nosotros en Argentina estamos acostumbrados a gran escala, quedan chicas”, admitió.
Con lluvias de 1.000 a 1.500 milímetros según la región, en la zona en cuestión no hay problemas por factores climáticos “porque no hay piedras, ni heladas, hay disponibilidad de agua para riego a bajo costo”.
Impuestos
Según relató, sólo se aplica Impuestos a las Ganancias, pero no existen las retenciones. En ese sentido, confesó: “es un Estado que te permite trabajar porque, además, podes importar y exportar sin problemas”
Precisamente, el gobierno chavista despierta temor en los inversores, teniendo en cuenta su larga historia de expropiaciones, avasallando la propiedad privada. Sin embargo, para tranquilidad de ellos, Rossi Videla explicó: “es una etapa que ya pasó, fue hasta al 2010, y al menos en lo que respecta a las tierras expropiadas, vemos que se están llevando a cabo procesos de devolución. Por eso los inversores ven que el gobierno está facilitando las cosas para fomentar la producción”.