Día Mundial del Agua: radiografía de un recurso clave para la humanidad y el campo

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Todos los 22 de marzo a partir de 1993 y por una disposición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se conmemora el día mundial del agua para concientizar a la población sobre el cuidado de este recurso único, el que fue proclamado en 1992 en Río de Janeiro durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.

El 70 % del agua dulce del mundo se emplea en agricultura, el 22 % para usos industriales y el 8 % para uso doméstico.

Hay 2.200 millones de personas (el 27, 5 %) que no acceden a agua potable y saneamiento y el déficit de tratamiento de aguas es alarmante. Por ello mueren 1.000 niños por día por enfermedades vinculadas con la calidad del agua, situación que nos avergüenza.

El riego es una tecnología casi contemporánea con la aparición de la agricultura, hay datos de que hace más de 7.500 años, se practicó en la Mesopotamia entre el Tigris y el Éufrates.

En el mundo, según la Comisión Internacional de Riego y Drenaje (International Commission of Irrigation and Drainage, www.icid.org), se riegan 328 millones de has que representan el 20 % de la superficie agrícola global y proveen cerca del 50 % de los frutos de la agricultura. La superficie bajo riego en el mundo pasó de 158 millones de has en 1970, a 258 millones de has en 1990 y a esos 328 actuales.

Si bien el riego en el mundo ocupa el 20 % del área agrícola, es desuniforme y en Asía con 130 millones de has bajo riego representa el 41 % de su área, en América el 13 %, en Europa el 9 %, en Oceanía el 7 % y en África solo el 5 %.

Argentina con una tasa de crecimiento muy baja posee alrededor de 2,2 millones de hectáreas bajo riego, equivalente al 5,5 % de su agrícola, de las cuales el 600 mil has corresponden a riego presurizado y 1,6 millones a riego superficial. Este porcentaje es muy bajo sobre todo considerando que mas de dos terceras partes de nuestro territorio es árido o semiárido.

El 86,5 % del riego en el mundo es por sistemas de riego gravitacionales, el 10,8 % por sistemas de riego por aspersión, y el 2,7 % con sistemas de riego por goteo.

En el mundo para un requerimiento de riego de 1.500 km3 de agua se deben emplear 2.700 km3 de agua. Ya que la eficiencia de los sistemas que se emplean actualmente en el mundo es de solo el 56 %. El déficit de tratamiento de aguas urbanas e industriales genera contaminación y la baja eficiencia de los sistemas de riego en general implica un derroche inadmisible de agua y de energía.

Baja eficiencia de aplicación de agua implica menor cantidad de materia seca (granos, fibras, frutas, vegetales, etc) producida por unidad de agua empleada. Tecnificar sistemas es la gran herramienta.

¿Qué significa tecnificar?

1) Capacitar recursos humanos para manejar más adecuadamente los sistemas existentes

2) Promover el uso de sistemas más modernos que rieguen con más precisión empleando menos energía

3) Sistemas de monitoreo que indiquen a los productores el momento apropiado de riego 4

4) Empleo masivo de aguas residuales tratadas convenientemente para el riego de determinados cultivos

En la actual coyuntura nos preocupa la terrible seca que padecemos, estando todos a la espera al menos de un periodo de neutralidad.

La capacidad de mejorar la gestión del agua en la agricultura normalmente se ve limitada por políticas inadecuadas, deficiencias en el desempeño institucional, insuficiente capacitación de recursos humanos, falta de estímulo a la inversión en sistemas de riego tecnificados y restricciones financieras.

La Huella hídrica, que es la cantidad de agua requerida para producir una unidad de un bien o servicio es una herramienta para que la sociedad conozca en que se emplea el agua dulce del planeta y pueda optar por bienes que la empleen más adecuada y eficientemente. Hoy en día hay empresas en Argentina que han certificado Huella Hídrica.

El verdadero salto cualitativo es que bajo riego la agricultura que se realiza es con otro paquete tecnológico el que permite no solo asegurar un umbral productivo más elevado sino aspirar a rendimientos muy elevados maximizando el buen uso del agua de riego, en lo concreto produciendo más unidades de producto por unidad de insumo empleado.

Se calcula que en Argentina se pueden regar potencialmente 10 millones de has ¿Que caudal continuo sería necesario para hacerlo?

Para regar 10 millones de has proveyéndoles durante 120 días, de 277 mm, con una eficiencia global del 70 %, el caudal necesario es de 3.817 m3 /s.

Considerando que el 60 % se riegue con agua superficial y 40 % con agua subterránea, se requerirían 2290 m3 /s de agua superficial y 1527 m3 /s de agua subterránea. Es de mencionar que este modelo plantea el riego complementario, razón por la cual los efectos del agua sobre el suelo son el resultado de la mezcla de aguas (la de lluvia y la de riego) y que un adecuado 7 manejo del requisito de lixiviación, es fundamental para el correcto manejo del agua de riego.

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