Consejos claves para la toma de decisiones en las empresas del agro

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“Qué calor” debe haber sido la frase más repetida en los últimos tiempos. Temperaturas altas, asociadas a falta de lluvias, han generado un daño gigantesco en la producción agropecuaria del país. Se derrite todo en varios sentidos y pone al país en un marco de tragedia, al menos a corto plazo. Ya se perdió el 50% de la producción de trigo y la soja y el maíz van en el mismo sentido. Las actividades ganaderas suman complicaciones. «Los productores saben que perderán una buena parte de su capital de trabajo y que deberán hacer malabares (estratégicos, financieros y emocionales) para enfrentar la próxima campaña», destacó en su informe para empresas agropecuarios la consulta Zorraquín & Meneses

Al gobierno, al país, le faltarán dólares para sostener actividad económica y recaudación impositiva para continuar maquillando con los parches de la macroeconomía. «Para las cadenas de valor asociadas al agro se derrite la expectativa de poder pelearla con cierta dignidad, ya que faltarán viajes de camión, faltará mercadería para moler, faltará actividad en los comercios y en todo aquello que va directa o indirectamente relacionado a lo que produce el campo», reflexionaron los expertos.

Y agregaron: «se derrite, al menos en el corto y mediano plazo, la ilusión de llegar más o menos con el barco derecho a las elecciones, a un cambio de gobierno, a una renovación de las ideas a aplicar para poner al país en un rumbo de esperanza. El 2023 será un año para recordar sin duda. Estas son las cartas que tocaron y con ellas habrá que jugar».

En este escenario, los expertos brindaron algunas recomendaciones para la toma de decisiones empresarias::

  • Debemos seguir haciendo lo que hacemos , pero mejorando lo mejorable. Eso nos ayudará y nos pondrá en mejor posición para superar la crisis.
  • Priorizar lo financiero, la “nafta” que nos permita llevar adelante un nuevo año productivo. Esto implica postergar pagos (algo siempre incómodo y no siempre posible, con costos de todo tipo), tomar créditos, usar fondos de reserva, tomar inversores, descapitalizarse en bienes recuperables a futuro
  • Los esquemas defensivos y previsiones que se incorporen nunca podrán ser por el 100% de lo que sucederá, pero hay que tomarlos. Es decir, no podremos prevenir todos los riesgos, siempre algo nos va a afectar por más que nos esforcemos, pero hay que intentar tomar aquellos “seguros” o reductores de riesgo que podamos.
  • No es recomendable en un año de estas características realizar cambios importantes en nuestras producciones o formatos de empresa (incrementar escala, inversiones importantes, grandes apalancamientos, ventas o compras societarias, etc.) salvo que sean para corregir alguna falta de competitividad relevante para el negocio.
  • Tener un buen balance entre distintas alternativas suele equilibrar riesgos (tasas en pesos y en dólares, compras de contado y. financiado, ventas spot versus retención de mercadería, una cartera de cultivos o producciones equilibrada).
  • Escuchar, interactuar, intercambiar, participar de grupos de afinidad.
  • Como sector agro, entender que vamos a tener un rol importante en lo que viene. Y eso quiere decir que el país actual y el que viene nos necesita pujantes y lo más sanos posible.
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