El consultor y analista Teo Zorraquin pone la lupa en las empresas del agro y los desafíos que enfrentan en un contexto particular. Así, la agricultura y la ganadería afrontan escenarios complejos, donde variables como el clima y la economía tienen una gran incidencia en los márgenes.
Negocio agrícola
A nivel internacional, el factor más determinante en el mercado actual de granos es la evolución del clima en Sudamérica, especialmente en Brasil. Existen otros factores que pueden incidir en el mercado, como la baja de la tasa de interés y las elecciones en EEUU, los conflictos bélicos y la salida de fondos de las posiciones vendidas. Pero el clima en Sudamérica le dará el pulso al mercado en los próximos meses, en medio de una tendencia pesimista de precios si se concretan las proyecciones productivas a nivel mundial.
A nivel local, existe cierto divorcio con las cotizaciones internacionales, divorcio que acercándonos a la cosecha deberá irse resolviendo si se desea ser competitivos en la exportación. Las cotizaciones posición cosecha para los distintos cultivos (Trigo Enero, Maíz Abril, Soja Mayo) se encuentran por encima de la paridad, lo que significa que a esos valores, y si el mercado internacional se quedase en los valores actuales, la Argentina no es competitiva para exportar. A este dato podemos sumarle el anuncio del ministro Caputo sobre que, si se desea salir del cepo, debería desaparecer a fin de año el dólar blend. Este dólar hoy aporta un sobreprecio a las cotizaciones del 4% aproximadamente, y como si fuera poco existe una cantidad importante de toneladas negociadas sin fijar, y otro tanto sin vender de la campaña 23/24. Este “combo” de cotizaciones cosecha 24/25 por encima de paridad, posible finalización del dólar blend, y negocios realizados a fijar más las no vendidas (carry) de la campaña 23/24, es una situación por lo menos compleja que deberá resolverse.
Quizá el contexto internacional ayude, como pasó temporalmente en el caso del trigo, donde las cotizaciones internacionales subían y las locales bajaban acomodando las diferencias. Pero si el mercado internacional cumple sus proyecciones productivas y se transforma en un mercado bajista, la resolución de estas “diferencias” será mucho más complicada y riesgosa.
En este contexto no hay una recomendación general, sino el análisis detallado de la posición de cada empresa, dependiendo de la combinación que posea de estos tres factores: negocios a fijar y negocios a terminar de realizar de la campaña 23/24 y porcentaje de cobertura realizado hasta el momento de la campaña 24/25.
Negocio ganadero
La ganadería está en un momento en que la rentabilidad va en baja. La principal variable es el precio de las distintas categorías de hacienda. Para resumir la foto, en promedio la variación de precios en los últimos doce meses es de 215% aproximadamente. A abril de este año era del 290%. La única forma de recuperar competitividad en la actividad será a través de un cambio de esta tendencia declinante. Novillos y novillitos en los 2000 a 2200 $/kilo, vaca gorda en 1600 a 1700 $/kg, vaquillona preñada en los 900.000$, terneros entre 2650 y 2850 $/kilo. Todo bastante parecido al último mes, con la cría y la invernada de engorde compartiendo el mal humor. Los costos de producción copiando inflación o devaluación del dólar oficial, completan la imagen erosionada.
Dentro de este panorama, a nivel país se registra un aumento de la producción de carne en septiembre y una menor faena de hembras (46,5% del total). Señales insuficientes, y hasta contradictorias, para predecir lo que vendrá. Los feed lots, con alta oferta de hacienda y con unos 2 millones de cabezas encerradas, señalan que están perdiendo plata con el engorde con estos precios. En la cría, las pariciones de primavera van bien en general, esperando unos 14,5 millones de terneros y terneras a destetar en el 2025.
A nivel internacional, la demanda de carne vacuna se mantiene firme. El gran abastecedor sigue siendo Brasil que, en este último mes, ha aumentado el valor en gancho de la carne en un 25%, perdiendo algo de la competitividad relativa de precios que venía mostrando. Es posible que Argentina termine el año con un total exportado cercano a las 950.000 toneladas, un buen número, que es 12% más en volumen que el año pasado, pero sólo un 3% más en divisas. China sigue siendo el destino principal en volumen (68%), más allá de los esfuerzos por diversificar mercados. El precio promedio de exportación de septiembre fue de 4116 u$s/tonelada, que representa un 2% más que en el 2023 pero un 35% menos que en abril de 2022 (el valor en ese momento era de 6300 u$s/tonelada). Haber sacado los derechos de exportación a distintas categorías de vacas fue una buena medida del gobierno, pero aparece como insuficiente y la expectativa es que todas las retenciones bajen a cero.
El clima seco en varias regiones venía marcando una primavera de baja producción de forraje, pero las lluvias de estos días dan aliento en este punto, permitiendo sostener cargas en los campos y mejorando el estado de los rodeos. No observamos medidas que apunten a aplicar menos tecnología o cambios en los criterios de alimentación o sanidad en esta actividad. Por ahora se mantiene la expectativa de que lo que estamos pasando es un ciclo adverso, que los precios deberán empezar a acompañar y que el consumo interno el año que viene debería presentar una recuperación en su poder adquisitivo. Lo cual vendría además acompañado por una demanda sostenida de la exportación. Los ganaderos llevan el gen del optimismo en el cuerpo.
Negocio lechero
En agosto el precio de la leche Siglea fue de 426 $/litro (5937 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento de sólo un 1,8% respecto al mes anterior y un 260% respecto a un año atrás. Todavía por arriba del índice de inflación y de muchos costos de producción, pero con un leve deterioro en el mes a mes. El precio en dólares es de 0,43 u$s/litro, sin cambios respecto a agosto. La producción de leche sigue subiendo de a poco, septiembre un 5,6% más que el mes anterior. Pero respecto a septiembre de 2023 hay una caída del 1,9% y si se toman los primeros nueve meses de 2024 versus mismo período de 2023, la caída es del 9,8% acumulado. No es magia, falta leche. Y eso ha ayudado a sostener los precios hasta acá. El consumo interno ya no cae, pero no termina de repuntar.
La industria sigue compitiendo por la leche y si bien hubo cambios respecto al uso de Siglea como referencia para el pago, esto se ha compensado en algunos casos con notas de crédito, sin afectar el resultado financiero final. Las exportaciones siguen siendo el destino de cerca del 25% de lo producido y comparando en forma interanual los primeros nueve meses, la misma creció un 9% en volumen y un 11% en divisas. La leche en polvo entera, el principal producto comercializado, a nivel internacional se ubica en un buen precio arriba de los 3500 u$s/tonelada. Los principales destinos externos son Brasil (58% en volumen) y Argelia (30%). No tener retenciones ni restricciones ni precios máximos, está permitiendo que la leche busque su mejor destino.
Las lluvias venían escaseando en varias regiones, generando una menor oferta forrajera primaveral. Esto obligó a muchos planteos a sostener niveles de suplementación superiores al objetivo. La ventaja es que a nivel de costos la relación insumo producto entre leche y alimentos (maíz fundamentalmente) todavía es favorable. Con otros costos no lo es tanto, por ejemplo en combustibles o confección de silaje. Este cambio del clima va a permitir hacer rollos de pasturas y seguramente habilitará a una buena siembra de los maíces para silo. Para un negocio como este, es clave ir asegurando el alimento.