Confirmado: las estrategias de fertilización mejoran el rinde de los cultivos

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Las variadas condiciones de manejo de cultivos y en particular de su nutrición conducen a resultados productivos dispersos que limitan la valorización de los aportes de la aplicación de fertilizantes. El uso de diferentes estrategias, o aproximaciones para el manejo de la nutrición, tiene efectos tanto de corto como de largo plazo sobre la producción de cultivos, independientes o en secuencias, y sobre el suelo.

La implementación de modelos de recomendación regionales o de nutrición balanceada incorporando indicadores de caracterización del sitio y diferentes expectativas productivas permitiría mejorar los rendimientos y la eficiencia de uso de los nutrientes aplicados con respecto a prácticas frecuentes de fertilización. Por lo tanto, el objetivo del trabajo realizado por Nicolás Roulet (Fertilizar) es cuantificar las diferencias en producción agrícola según planteos contrastantes de manejo de la nutrición en condiciones agrícolas representativas de la región pampeana.

Luego de 6 campañas de estudio, en 10 sitios representativos de la región se validaron mejoras en los rendimientos de los cultivos al implementar estrategias de fertilización recomendadas o de nutrición balanceada con respecto a la aplicación actual de esta práctica. Los rangos de mejora varían según cultivos y planteos de nutrición. Gran parte de la mejora en la producción de los cultivos e indicadores de fertilidad de suelos depende de la elección de la estrategia de manejo de nutrientes en secuencias agrícolas.

En la región pampeana, bajo condiciones no limitadas en nutrición los rendimientos de los cultivos superan en aproximadamente el 20% a los alcanzados con las prácticas frecuentes de fertilización. Al aumentar la duración de la secuencia de cultivos con aplicación de planteos de nutrición para medios y altos rendimientos alcanzables los niveles de fósforo extractable en la capa superior de los suelos aumentan.

Materiales y métodos

Se establecieron módulos de evaluación de larga duración en condiciones de producción representativas de sistemas agrícolas pampeanos (Tabla 1). En todos los casos el manejo de los cultivos es bajo prácticas de labranza cero con control químico de malezas y con la aplicación de prácticas de manejo frecuentes en cultivos de alta producción adaptadas regionalmente (i.e. genotipos, control de plagas y enfermedades, etc.).

En cada sitio, los cultivos y secuencias evaluados fueron seleccionados por los productores y fueron representativos de decisiones frecuentes en las regiones en estudio. En el trabajo se presenta la secuencia de cultivos de cada sitio y el cultivo antecesor al comienzo del ensayo.

En cada uno se establecieron cuatro tratamientos de manejo de la nutrición de los cultivos:

  • sin fertilización
  • fertilización promedio aplicada en la región
  • fertilización promedio recomendada
  • fertilización balanceada.

La dosis promedio de uso en cada región se estimó a partir de la información de encuestas a 1.200 productores y técnicos en la región pampeana coordinada por Fertilizar AC durante la campaña 2015/2016 (Fertilizar AC, 2017). El tratamiento de fertilización recomendada promedio se estableció para cada sitio considerando resultados de análisis de suelos y expectativas de productividad media regional según información local provista por referentes locales responsables de la conducción de los estudios. La fertilización para la nutrición balanceada de altos rendimientos se estimó según los mayores rendimientos alcanzables en cada región y considerando las demandas de NPS y Zn para tal propósito (Tabla 3).

En todos los casos, las semillas sembradas de soja fueron inoculadas en el momento de la siembra con productos comerciales para evitar limitaciones nitrogenadas en su normal crecimiento y producción. Previo a la siembra se obtuvieron muestras de suelo de 0 a 20 cm. De cada parcela, se extrajo una muestra compuesta, y sobre ella se determinó el pH y los contenidos de materia orgánica (MO), P extractable (Bray I), N total, N-nitrato y S-sulfato. Se utilizó el P extractable como estimador de la disponibilidad y dinámica de este nutriente en suelo.

En cada sitio, los tratamientos se dispusieron en franjas de al menos 20 m de ancho y 100 m de longitud empleando equipos convencionales de siembra y conducción de los cultivos con cosecha mecánica en estadios de madurez comercial de los cultivos. Los resultados se analizaron considerando cada sitio como una repetición y comparación entre los promedios de los rendimientos, respuestas relativas sobre el tratamiento de fertilización frecuente y la eficiencia de uso del N aplicado en cereales y del P según parámetros estadísticos descriptivos. Se emplearon pruebas de diferencias medias significativas de T en comparaciones apareadas entre los tratamientos.

Resultados y discusión

En todos los cultivos la implementación de las estrategias de fertilización mostró en promedio diferentes resultados en la producción de granos.

Los rendimientos de cebada sin fertilización alcanzaron los 3924 kg ha-1, la mejora en los rendimientos por el manejo de la nutrición con planteos de alta producción alcanzó 6323 kg ha-1 (61 % de respuesta).

En trigo, la producción varió entre 3172 y 5196 kg ha-1 con 64 % de respuesta por al aplicar el máximo nivel de nutrición explorado. El maíz tuvo mejoras del 40 % con rendimientos entre 7825 y 10954 kg ha-1.

En soja, la producción fue de 3631 a 4571 kg ha-1 y las mejoras fueron de un 26 %.

Y, en soja de segunda con antecesor trigo, o cebada las mejoras de un 23 % incrementaron los rendimientos de 2698 a 3311 kg ha-1.

Los aportes de cada estrategia de nutrición integrando las diversas secuencias de cultivos estudiadas se analizaron en términos de los aportes relativos a la máxima producción de cada cultivo y sitio experimental (Fig.1). Los rendimientos relativos se calcularon como el cociente entre el rendimiento medio de cada tratamiento, con el máximo rendimiento registrado, para cada cultivo por sitio y por campaña.

La aplicación de fertilizantes, en comparación con los tratamientos control sin fertilización, contribuyó al rendimiento en un 39 % en promedio para toda la secuencia de cultivos con máximos de 64 % en trigo y 23 % en soja de segunda. Para la secuencia se cultivos, la mejora en la nutrición incorporando estrategias de recomendación media y alta producción, mejoró la productividad de los sistemas hasta en un 13 % respecto del manejo actual.

El manejo actual más frecuente de fertilizante mostró resultados en producción próximos a los observados al aplicar recomendaciones medias, con una brecha de mejora de 10 % para alcanzar el máximo rendimiento. En cultivos de soja se describieron diferencias de casi el 18 % con la aplicación de estrategias de recomendación media.

Conclusiones

En condiciones de producción representativas de la región pampeana se validaron mejoras en los rendimientos de los cultivos al implementar estrategias de fertilización recomendadas o de nutrición balanceada con respecto a la aplicación actual de esta práctica. Los rangos de mejora varían según cultivos y planteos de nutrición.

En condiciones no limitadas en nutrición los rendimientos de los cultivos son de hasta casi 20% superiores a los que se alcanzan con las práctica actuales de fertilización. En la mayoría de los cultivos y condiciones de producción la implementación de recomendaciones medias de fertilización (fertilización con ajustes con NPS acordes a resultados de análisis de suelos y a expectativas frecuentes de rendimientos) reducen la diferencia de producción asociada al manejo de la nutrición en casi el 50%. Se validó que cuando las estrategias de nutrición se intensifican, la práctica de la fertilización muestra resultados positivos en los niveles de nutrientes del suelo. Aspecto de importancia a considerar para mantener la sostenibilidad de los sistemas productivos.

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